Aparecéis de la nada, me dejáis tras la espada y la pared. Empezáis vuestra obra de teatro donde yo no estoy invitado y me machacáis una y otra... ah si, y otra vez. Sois sanguinarios, crueles, astutos y persistentes. No me dejáis ser yo mismo, me atáis seductoramente al ancla de mis miedos y me tiráis al vacio de la nada, donde uno se pierde en el abismo. Debo de ser fuerte, debo aprender a echaros, a ahuyentaros de mi cuerpo, subrayo lo de "mi", ya no seréis nunca más los que controléis mis actos desde la sombra del temor. Esta vez soy yo el que decide, y decido echaros de mi ser, para siempre.
Firmado: Aron
Carta para todos mis complejos y temores.
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